9. Gobierno Abierto

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5. Permisos a la vista

Gobierno EficientePor admin-hdimas mayo 10, 2016

Trimestre Noviembre – Enero

4. Gobierno a tu servicio

Gobierno EficientePor admin-hdimas mayo 10, 2016

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3. En nuestras familias, menos víctimas y mejor atención

Seguridad, Justicia y Derechos HumanosPor admin-hdimas mayo 10, 2016

2. Nuestras Calles Seguras

Seguridad, Justicia y Derechos HumanosPor admin-hdimas mayo 10, 2016

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1. Policía Hecho y Derecho

Alcalde Como Vamos, Seguridad, Justicia y Derechos HumanosPor admin-hdimas mayo 10, 2016

9. Gobierno Abierto

8. Ciudad verde y viva

7. La calle para todos

6. Trato animal digno

5. Permisos a la vista

4. Gobierno a tu servicio

3. En nuestras familias, menos víctimas y mejor atención

2. Nuestras Calles Seguras

1. Policía Hecho y Derecho

Érase una vez un cordero muy consentido por toda una familia en especial de la hija menor. Un día adoptaron a un cachorro y cada día se ganaba más la atención por parte de la niña.

El cachorro recibía muchas palmaditas y amor por parte de todos y el cordero que se dio cuenta que ya no era el favorito, se volvió egocéntrico y egoísta. Aunque estaba bien alimentado y era bastante consentido, la familia ya casi nunca le prestaba atención.

Pretendiendo tener toda la atención de la familia, el cordero envidioso solo pensó en una cosa: si imitaba el comportamiento del perro probablemente llamaría la atención de todos de nuevo.

Un día el cordero se escapó de su corral y comenzó a comportarse como el perrito, así que se paró sobre sus 2 patas traseras y intento lamer a la pequeña niña, pero al ser más pesado que ella la tiró al suelo y se golpeó muy fuerte en la cabeza.

El padre de la niña, furioso, tomó al cordero y lo llevo a donde tenía encerrado al resto de los animales y dijo: «Torpe Cordero le hiciste daño a mi hija, debería cocinarte para que aprendas».

Archivos del Portafolio:

El cordero envidioso

Érase una vez un cordero muy consentido por toda una familia en especial de la hija menor. Un día adoptaron a un cachorro y cada día se ganaba más la atención por parte de la niña.

El cachorro recibía muchas palmaditas y amor por parte de todos y el cordero que se dio cuenta que ya no era el favorito, se volvió egocéntrico y egoísta. Aunque estaba bien alimentado y era bastante consentido, la familia ya casi nunca le prestaba atención.

Pretendiendo tener toda la atención de la familia, el cordero envidioso solo pensó en una cosa: si imitaba el comportamiento del perro probablemente llamaría la atención de todos de nuevo.

Un día el cordero se escapó de su corral y comenzó a comportarse como el perrito, así que se paró sobre sus 2 patas traseras y intento lamer a la pequeña niña, pero al ser más pesado que ella la tiró al suelo y se golpeó muy fuerte en la cabeza.

El padre de la niña, furioso, tomó al cordero y lo llevo a donde tenía encerrado al resto de los animales y dijo: «Torpe Cordero le hiciste daño a mi hija, debería cocinarte para que aprendas».